El carismático Edén Muñoz, reconocido por encender los escenarios y hacer vibrar al público con su música regional mexicana, ha revelado una faceta íntima y vulnerable de su vida. En una reciente entrevista, el exlíder de Calibre 50 confesó que desde hace un año libra una batalla contra la ansiedad y la depresión, una condición que ha marcado profundamente su día a día personal y profesional.
Con una honestidad impactante, Muñoz abrió su corazón sobre el detonante de esta crisis de salud mental: una intoxicación accidental con hongos alucinógenos. Esta experiencia ocurrió mientras buscaba una “chispa creativa” durante el proceso de grabación de su álbum como solista y una colaboración aún inédita con la estrella argentina María Becerra. “Caí en una intoxicación por hongos que me llevó al hospital y siento que ahí se abrió mi portal ansioso depresivo”, confesó el artista, dejando entrever el punto de inflexión que marcó su vida.
Desde entonces, Muñoz ha recurrido a la medicación como una herramienta fundamental para controlar su estado mental. “Estoy medicado con antidepresivo en cantidades chiquitas, estoy con uno para la cabeza que se llama temperator, para apagarla, y estoy con pastillas de valeriana y magnesio”, detalló el intérprete, quien admitió que antes de este episodio nunca había experimentado problemas significativos de salud mental.
La fragilidad emocional de Muñoz se vio aún más exacerbada por la llegada de su hijo Matías, quien nació con complicaciones pulmonares, sumando una inmensa presión a su ya delicado estado anímico.
Sorprendentemente, en medio de su exitosa carrera en la música regional mexicana, Muñoz reveló que no alberga ambiciones de convertirse en una estrella internacional. Con una sinceridad desarmadora, explicó que para él, alcanzar ese nivel de fama sería “un castigo”, pues implicaría internacionalizar un proyecto que le impediría disfrutar de su vida personal.
A pesar de su lucha interna, Edén Muñoz continúa brillando en los escenarios, donde su energía contagiosa sigue haciendo bailar y cantar a miles de personas. Sin embargo, el artista ha priorizado su bienestar emocional y se mantiene bajo tratamiento psiquiátrico, un proceso que ha aceptado públicamente sin vergüenza alguna. Para él, esta terapia y la medicación han sido fundamentales para poder seguir adelante con su carrera y, lo más importante, para estar presente y pleno con su familia.
“Tengo un año ya con medicamentos y no me da pena decirlo. Porque si algo me ha ayudado a estar mejor, a poder estar con mis hijos, a subirme al escenario, a seguir componiendo, ha sido eso”, concluyó Muñoz, ofreciendo un testimonio valiente sobre la importancia de la salud mental y demostrando que incluso las figuras más exitosas y aparentemente fuertes pueden enfrentar batallas silenciosas. Su honestidad al compartir su proceso no solo humaniza su figura, sino que también envía un poderoso mensaje sobre la necesidad de buscar ayuda y normalizar el tratamiento de las enfermedades mentales.
