Luis R. Conriquez, reconocido cantante del género regional mexicano, ha sido vinculado nuevamente con la difusión de temas musicales que enaltecen a personajes del crimen organizado. Aunque el intérprete ha negado mantener relaciones personales con figuras como Ricardo Ruiz Velasco, alias “El Doble R”, la continuidad de sus narcocorridos ha generado controversia.
Canciones como “El Dinero No Me Cambia” y “Por Clave El Doble R” mencionan directamente a este presunto líder criminal, a quien las autoridades de Jalisco señalan como el posible autor intelectual del asesinato de la influencer Valeria Márquez, ocurrido mientras realizaba una transmisión en vivo en redes sociales.
De acuerdo con reportes preliminares, El Doble R habría mantenido una relación sentimental con Valeria Márquez. Fuentes extraoficiales apuntan que los celos habrían sido el detonante del crimen, tras sospechas de que la joven recibía costosos obsequios de otras personas.
Las letras de estos corridos destacan elementos como el ascenso dentro del narcotráfico, la lealtad al grupo y el reconocimiento por parte de mandos superiores. Se refuerza una narrativa que glorifica el poder, la jerarquía y el “respeto” dentro de estructuras delictivas. En una de las canciones se escucha:
“Empezamos en Guanatos, gracias a la confianza de los altos mandos. Como todo en la vida, yo empecé de abajo, pero gracias a mi esfuerzo vamos escalando… Respeto para el señor aquel que porta una M grande. Yo soy el de las dos Rs, mi clave he de mencionarle.”
Este tipo de contenido ha generado preocupaciones entre sectores sociales, ya que, según expertos en seguridad, contribuye a la normalización de la violencia y la cultura del narco. A su vez, las autoridades han advertido sobre la posible responsabilidad penal en casos donde la música pueda estar relacionada con la incitación a delitos o apología del crimen.
La figura de El Doble R, presunto miembro del brazo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación, ha sido asociada con diversos actos de violencia en varias regiones del país. Su supuesta relación con Márquez, sumada a las referencias en canciones populares, ha puesto bajo escrutinio el papel de los artistas en la construcción del imaginario criminal.