En el centro de un debate nacional sobre la influencia de los narcocorridos, la presidenta Claudia Sheinbaum ha marcado una postura clara: la prohibición no es la solución. En lugar de vetar este género musical, que ha ganado popularidad entre los jóvenes, propone un enfoque educativo y de concientización para abordar el problema de fondo.
“Desde mi perspectiva, más que prohibir es educar, orientar, y que la misma gente y los mismos jóvenes vayan dejando de escuchar esa música”, afirmó Sheinbaum durante su conferencia matutina. La presidenta argumenta que la prohibición podría resultar contraproducente, generando un efecto negativo si no se acompaña de una explicación y una reflexión sobre los peligros potenciales de la apología de la violencia presente en algunas de estas letras.
Sheinbaum reconoce que el problema no se limita a los narcocorridos, sino que puede manifestarse en diversos géneros musicales. “El problema son las letras”, puntualizó.
En lugar de una medida restrictiva, la presidenta apuesta por una estrategia que fomente la creación y el consumo de música regional mexicana con mensajes positivos. Para ello, anunció el programa “México Canta”, un concurso dirigido a jóvenes de 18 a 34 años con talento musical. Este proyecto, del cual se darán más detalles el próximo viernes, busca ofrecer una alternativa atractiva y constructiva, incentivando la expresión artística y el talento juvenil en un contexto donde la música puede ser una herramienta poderosa de transformación social.
La propuesta de Sheinbaum se centra en la idea de que la educación y la orientación son más efectivas que la censura. Al promover el diálogo y la reflexión sobre el contenido de las letras, y al ofrecer plataformas para la creación de música con valores positivos, se busca generar un cambio cultural desde la base, empoderando a los jóvenes para que sean agentes de cambio en su propia comunidad. En un país donde la música juega un papel fundamental en la identidad y la expresión cultural, la iniciativa “México Canta” representa un paso hacia la construcción de un futuro donde la música sea un vehículo de paz y esperanza.
