La crisis hídrica es una problemática severa en el centro del país, especialmente en la mancha urbana del centro del país, que inicia desde la Ciudad de México. Ante esta situación, cada habitante de la región contribuye a agravar o mitigar el problema. Así lo afirmó Norma Elizabeth Olvera Fuentes, investigadora posdoctoral del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, durante su participación en el seminario “Agua para una ciudad sostenible”.
Olvera Fuentes subrayó que un cambio en los patrones de consumo y la implementación de políticas públicas eficientes podrían marcar la diferencia en esta crisis. Destacó la necesidad de un marco general que permita la colaboración entre todos los sectores, con el objetivo de evitar el colapso hídrico y aumentar la resiliencia frente al cambio climático, cuyas consecuencias ya son evidentes.
La ZMVM (Zona Metropolitana del Valle de México) es la segunda megaciudad más poblada del continente, solo por detrás de Sao Paulo, Brasil. Sin embargo, de continuar su crecimiento, podría convertirse en la primera en 2030. Esta región es altamente vulnerable a la sequía y la escasez de agua debido a su ubicación geográfica, y las proyecciones climáticas indican que el calentamiento global seguirá agravando la situación.
En el caso de Morelos, diversos especialistas y ambientalistas han alertado sobre el deterioro que sufre el Bosque de Agua con la tala clandestina, una reserva que abastece principalmente a las zonas del norte de Morelos, entre ellas Cuernavaca.
Por lo que la pérdida de ecosistemas, la sobreexplotación de los mantos acuíferos y la contaminación del agua y los talamontes son algunos de los principales desafíos que enfrenta la ZMVM y el Bosque de Agua.
Olvera Fuentes concluyó que es urgente tomar decisiones y actuar de manera concreta para enfrentar esta crisis, ya que es una realidad que se vive en el presente.