Las mujeres y hombres encargados de la limpieza de centros históricos, avenidas principales, parques públicos y demás espacios urbanos realizan una labor crucial para que los residuos tengan mejor disposición y no terminen saturando las alcantarillas o en sitios en los que se daña el medio ambiente al contaminar cuerpos de agua, suelo y aire.
Así lo afirma la académica del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM y especialista en Gestión Integral de Residuos, Nancy Jiménez Martínez, quien con motivo del Día del Barrendero -que se conmemora el 8 de agosto- llama a revalorar su trabajo y a ser conscientes de la responsabilidad que tenemos con nuestros desechos, a fin de que tengan una disposición final segura.
“Es muy importante reconocer que los residuos no desaparecen cuando yo los saco, pasa el camión y aparentemente se lleva mi bolsa de basura. El rostro visible de los sistemas de aseo urbano son estos hombres y mujeres, barrenderos y barrenderas, pero también quienes trabajan en el camión recolector, las plantas de tratamiento, los sitios de disposición final. Esta fecha debe ayudar a visibilizar eso que a veces no queremos ver, que creemos que nuestra responsabilidad con los residuos acaba al echarlos en una bolsa”, asegura.
La universitaria detalla que en las últimas tres décadas la generación de basura en México ha ido en aumento; se estima que cada habitante produce aproximadamente 994 gramos al día. En general, en el país se originan 120 mil 128 toneladas diariamente, de acuerdo con el Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos de la Semarnat.
“Creemos que enviamos nuestros residuos a un lugar alejado para que no nos molesten, pero más tarde vuelven a nosotros, a través del agua que bebemos o de los alimentos.