La principal fuente de agua del área metropolitana y de la zona norte de Morelos se encuentra en franca degradación por la tala ilegal que sufre todos los días el corredor forestal del Bosque de Agua, ubicado entre los estados de Morelos, Estado de México y la Ciudad de México (CDMX), alertaron pobladores de la comunidad de San Juan Atzingo.
En el marco del Día Mundial del Agua y del Día Internacional de los Bosques, el pasado 22 de marzo distintas comunidades y poblados del municipio de Ocuilan, Estado de México, bloquearon de manera pacífica la carretera México-Cuernavaca, en el paraje conocido como “Agua bendita”, cerca del Parque Nacional Lagunas de Zempoala, donde exigieron a las autoridades federales y estatales una intervención inmediata para que se frene la tala ilegal e inmoderada que sufre el Bosque de Agua desde hace 20 años.
Asimismo, en una entrevista para Diario de Morelos (DDM) un integrante de la autoridad tradicional del pueblo indígena Tlahuica de San Juan Atzingo, del municipio de Ocuilan, informó que el Gran Bosque de Agua abastece casi las tres cuartas partes del agua que consume la CDMX, así como un gran porcentaje del consumo en el Valle de Toluca y también el 100 por ciento del agua que se consume en Cuernavaca, la zona metropolitana y la parte norte de Morelos.
La devastación de este importante bosque, expresaron los pobladores, inició desde hace más de 20 años, y a partir de hace aproximadamente cinco años se empezaron a instalar aserraderos clandestinos, que devastan el bosque con la tala ilegal, pues sólo en los bienes comunales de San Juan Atzingo se estima que se han perdido cerca de 6 mil hectáreas. De acuerdo con la UNAM, al año se pierden alrededor de 2400 hectáreas, y de seguir de esa manera, el Bosque de Agua en 40 años habrá desaparecido.
“Simplemente en los bosques de la comunidad de San Juan Atzingo, por los aproximadamente 20 aserraderos que hay en Santa Martha y Santa Lucia, se estima que cada día se derriban cerca de 300 árboles”, expresó un integrante de la Autoridad del Pueblo Indígena Tlahuica de San Juan Atzingo, quien prefirió guardar su nombre en el anonimato.
Además, en lo que corresponde al estado de Morelos, señalaron que las carreteras y caminos de Cuernavaca, Huitzilac y Tlayacapan son ocupadas para trasladar esta madera que en su mayoría se utiliza en la industria de la construcción.
Los pobladores denunciaron ante DDM que el alcalde del municipio de Ocuilan, Wilfrido Pérez Segura, y el gobierno estatal del Estado de México han sido omisos ante las diversas denuncias que se han realizado, por lo que expresaron que buscarán un acercamiento con las autoridades estatales de Morelos para que coadyuven ante esta problemática, ya que esta zona boscosa abastece del vital líquido a un gran porcentaje de la población morelense.
Cabe resaltar, que en días pasados las comunidades entregaron una carta a la SEDENA, Guardia Nacional y Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, donde exigieron que se coloquen filtros permanentes de la Secretaría de la Defensa Nacional en cinco puntos carreteros estratégicos, entre los que se contempla uno el municipio de Huitzilac, para detener a los talamontes.
