Una fe ciega, es lo que demanda la iglesia “La Vid” de Cuautla, para que sus seguidores no vean que sistemáticamente les está sacando dinero, mientras sus pastores Vicente, Evelia (“Bella”) y su hija Lesem viven en la opulencia.
Porque es una inmoralidad que haya una iglesia rica con fieles pobres, los pastores dejan correr la versión de que viven en una modesta casa de la colonia Volcanes, en Cuautla, pero su mansión está en Lomas de Cocoyoc, en Atlatlahucan.
Enseñan a sus seguidores a desprenderse de lo económico y material para entregárselo a Dios… por medio de ellos, los líderes de la iglesia, y los hacen dependientes de eterno deseo de bienestar.
El método es burdo pero muy efectivo: les piden que compren la hoja “Logros de Fe”, una cartulina de unos 50 por 40 centímetros en la que los seguidores deben apuntar sus deseos personales, económicos, familiares y ministeriales.
Para que se cumplan los deseos, también deben comprar el libro “No es por vista”, del líder guatemalteco Cash Luna, con el que se les mantiene enajenados psicológicamente de manera precisa con la Guía de Oración.
Los invitan a jornadas de 40 días, “en donde yo voy a estar creyendo en tu milagro y tú vas a estar creyendo en mi milagro”, estando en todos los casos sujetos a donaciones si realmente quieren que sus deseos sean cumplidos por su dios.
Los resultados del adoctrinamiento son evidentes en casos como el de una menor de 13 años que en video se muestra arrepentida de haberse alejado de la fe, y con ello invita a otros chicos a integrarse a la Red de Prejuveniles “Prejos”.
El sentimiento de reforzada culpabilidad se observa cuando la pequeña dice: “Nací cristiana, poco a poco me fui alejando de Dios y fue cuando vinieron los problemas a mi vida; después me di cuenta que eso causó mucho dolor…”.
Ante esta burda enajenación psicológica, “La Vid” de Cuautla ha desaparecido sus redes sociales donde mostraba mucho de la mecánica con que por años se ha enriquecido a costa de personas necesitadas de claridad emocional y/o material.