No atesores conocimientos académicos, que Dios ya viene al “arrebatamiento”; siembra en tu iglesia, porque del tamaño de tus donaciones será el lugar al lado de Dios.
Así la prédica en la iglesia cristiana La Vid de Cuautla, para mantener a sus seguidores en lo más profundo de la ignorancia, entregando dinero constantemente y que se sientan satisfechos, aunque se queden en la miseria.
En los versículos del “arrebatamiento” efectivamente se habla de la próxima llegada del Señor, pero en ninguna especifica que no se debe estudiar y menos que entreguen sus dineros y bienes a sus pastores Vicente, Evelia (“Bella”) y su operadora financiera Lesem.
Corintios 15:51-52 señala: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”.
Es decir, las bondades bíblicas son manipuladas por los pastores para su beneficio económico personal, incluso contrario a su prédica en el caso de sus hijas, en un símil al proverbio mexicano de “Hágase la justicia… en los bueyes de mi compadre”.
Mientras los pastores le dicen a sus seguidores que no estudien, pero sí donen, las tres hijas Lesem, Sharon y Katherin son beneficiaras de esas donaciones para estudiar en escuelas privadas como la Universidad Anáhuac.
Por supuesto, la preparación académica de las hijas de los pastores es en materias como Mercadotecnia, para mejorar el negocio, es decir la iglesia, que también proyecta un complejo educativo religioso, sólo para el cultivo de su iglesia.
El modelo de complejo educativo, al fondo del mismo predio de la calle Retirada de Calleja 5 (303) en el centro de Cuautla, es similar al de su líder máximo “Cash” (dinero) Luna o Carlos Enrique Luna Lam, cuyo mega templo se estima costó 45 millones de dólares en la capital chapina.
Y es a Guatemala, Canadá, Israel…, donde los pastores Vicente, Evelia y sus tres hijas donde suelen viajar para capacitaciones o placer, con gastos exorbitantes que no corresponden con la prédica hacia sus feligreses de abandono de lo terrenal para consagrarse a ellos como embajadores de Dios.
Las donaciones, primicias, diezmos y costo de cursos también sirven para mejorar la imagen de cada uno de los pastores, quienes incluso su apariencia física ha sido mejorada con tratamientos diversos, pues al fin presumiendo que son descendientes de “reyes” deben vivir y verse como nobles.