La medicina es una profesión demandante en tiempo, siempre hay que estar estudiando, pero da mucha da mucha satisfacción, tanto personal como profesional. La medicina tiene muchas áreas, como la docencia, la investigación y la atención a pacientes. Es complicada, pero hay que saber balancear”, afirmó la médica María Miroslava Olivarec Bonilla, Jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el Hospital General Regional con Medicina Familiar (HGR/ MF) No. 1 del IMSS.
Y en el marco de la conmemoración del Día de la Médica y del Médico, Mirsolava Oliovarec comparte un poco de sus más de dos décadas de su vida dedicadas a salvar vidas; es médico general con especialidad en Urgencias y cuenta con 21 años de experiencia.
En entrevista con Diario de Morelos, confió que no soñaba con ser doctora, como lo es su mamá, María Miroslava quería ser artista, incluso de chica le daba miedo la medicina al grado de salir corriendo del hospital cuando su mamá la lleva a su trabajo.
Sin embargo, al llegar a la preparatoria algo cambió y comenzó a interesarse, presentó su examen de admisión en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) en dos ocasiones; “la primera ocasión me quedé solo en el curso propedéutico, por eso en el segundo intento le eche ganas, me enfoqué en lo que quería y logré entrar a Medicina”.
Una vida en Urgencias Desde que egresó, Miroslava logró colocarse en el IMSS y ahí se ha mantenido, especializándose en Urgencias un área que describe como complicada no solo por la atención de pacientes, que se debaten entre la vida y la muerte, sino por el trato con los familiares de pacientes.
A lo largo de dos décadas de servicio ha vivido innumerables historias, algunas impactantes, otras poco comunes, unas de éxito, otras tristes.
“En una ocasión, un señor que traía a su paciente con hipoglucemia, que es una baja de azúcar y los síntomas son parecidos a los de un infarto, por lo que la paciente no podía ni moverse, pero al pasarle la glucosa la mujer mejoró. El señor estaba muy agradecido porque decía que había salvado la vida de su mamá, su mejoría fue inmediata. Pese a que le expliqué que se trató de un procedimiento sencillo, el señor creía que era un milagro, estaba muy contento y agradecido”.
En el plano personal, la doctora María Miroslava tiene tres hijos, de los cuales dos se encuentran en edad escolar, y con el apoyo de su familia ha encontrado el balance que le permite desempeñarse en el ámbito laboral y ejercer su maternidad, considerando que la clave esté en saber administrarse y ofrecer tiempo de calidad.