Quienes sabían que Vicente y Evelia (“Bella”) son pastores de una iglesia cristiana, difícilmente pensaron que son la cabeza de una organización acusada de varios delitos como asociación delictuosa, fraude y usurpación de función pública.
Con su tono de hablar bondadoso y promesas de generosidad, los líderes de “La Vid”, que tiene su centro de operaciones en Cuautla y alcances en otros municipios, han acumulado millones defraudando a mucha gente humilde hace más de 15 años.
Un ejemplo de sus oscuras maniobras está consignado en una carpeta de investigación que lleva la Fiscalía General del Estado de Morelos, a la cual se tuvo acceso y donde la víctima detalla cómo fue engañada por Vicente y “Bella”.
Don Pedro “N”, un vecino de Cuautla, recuerda que siempre buscó el milagro de que su hijo regresara de Estados Unidos, a donde se había ido a trabajar para encontrar una mejor vida.
Sus deseos no eran un secreto, los compartía con amigos y vecinos, hasta que repentinamente un día llegaron Vicente y “Bella” diciéndole que sus plegarias habían sido escuchadas por Dios, recuerda con tristeza.
Los pastores dijeron que su misión en la vida era ayudar a gente necesitada como Don Pedro, sin ningún interés de lucro personal, y que ellos conocían a una persona que le ayudaría a que su hijo lograra en México una plaza de trabajo en Pemex.
Además, le recomendaron que comprara una concesión para el negocio de recolección de basura; así su hijo tendría aquí un buen sueldo y aparte pondría a trabajar a algunas personas en su negocio de basura.
Estimulado por la añoranza de ver de regreso a su hijo, la promesa de ya no tener que “partirse el lomo” y por la atractiva oportunidad, Don Pedro supo que debía entregar dinero para los trámites iniciales de la plaza en Pemex y el “enganche” para una camioneta para la basura.
Vendió cuanto pudo y pidió a su hijo le enviara dinero para “amarrar” su puesto en Pemex y el papeleo de la concesión de la basura, todo hasta entregar unos 300 mil pesos.
Fueron tres meses de espera para Don Pedro y su hijo, pero los pastores se hicieron “ojo de hormiga”, cambiaron sus teléfonos y no le volvieron a dar la cara. El fraude estaba consumado.
Sabe que quienes lo engañaron tienen casas en Lomas de Cocoyoc, por lo que pide que si alguien los ve, los denuncien ante la Fiscalía General del Estado de Morelos.