El comisionado de Seguridad José Antonio Ortiz Guarneros, consideró que el obispo emérito de Chilpancingo Salvador Rangel Mendoza no fue víctima de un secuestro exprés.
Destacó que la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de dos oficios solicitó la colaboración para entregar imágenes de las cámaras de videovigilancia, los cuales fueron atendidos y se les respondió, por lo que ahora las investigaciones están a cargo de la FGE.
Aseguró que la CES al momento de tener conocimiento de la desaparición comenzó la búsqueda del obispo, pero fue la FGE quien dio con su paradero en el Hospital General ‘Dr. José G. Parres’.
Información extraoficial señala que los primeros análisis realizados en el nosocomio arrojaron la presencia de cocaína y benzodiacepinas en el cuerpo obispo emérito, incluso, el abogado Pedro Martínez, confirmó que los primeros indicios señalaban que monseñor había sido drogado con cocaína.
Además, la Cruz Roja, delegación Morelos, informó a través de un comunicado que la unidad MOR57 sí pertenece a su flotilla de unidades, pero no realizó ningún traslado o auxilio, para atender al obispo emérito.
Ortiz Guarneros señaló que “se hicieron declaraciones de que fue un secuestro exprés, nosotros pensamos que no fue así, pero el fiscal Uriel Carmona tendrán que demostrar por qué sí fue un secuestro exprés, en base a qué lo dijo, por ahora, los que están en la política están aprovechando este tema para denostar el actuar de la seguridad en el Estado”.
Detalló que las evidencias que hay indican que obispo emérito “entró voluntariamente al motel –Real de Ocotepec- con una persona del mismo sexo, esa persona después se retiró, pero es todo lo que sabemos porque fuimos a pedir más información, pero ya había llegado la FGE y no nos permitieron obtener más datos”.
Marcela García / [email protected]
