El obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, invitó a la feligresía a orar por la verdadera política porque en la actualidad hay un vacío de buena política en el país.
En mensaje dominical, Monseñor Ramón Castro convocó a poner en práctica tres elementos básicos durante el periodo de Cuaresma: oración, ayuno y limosna.
“Todos los seres humanos necesitamos un proceso de conversión por la lucha interna. Dios dice que hay que amar, perdonar y ser solidario, pero a veces, por ignorancia, elegimos el mal, vivamos a fondo esta Cuaresma a través de lo que nos invita la palabra de Dios”, dijo el obispo.
Confió en que durante la Cuaresma se podrá hacer una alianza con Dios, la cual se renueva cada vez que acudimos a la celebración eucarística.
Monseñor Ramón Castro también invitó a orar por la buena política, “no estoy hablando de partidos ni de colores, estamos yendo a la esencia de la buena política. Desgraciadamente, en México, muchos estamos desilusionados de los políticos”.
Aseguró que la iglesia católica cuenta con la doctrina social, a través de la cual se ayuda a fortificar el bien común, dejando en claro que no existe una injerencia en temas de partidos, pero sí en la verdadera política que es el bien común, por ejemplo, “mis hermanos de Acapulco han sido acusados de meterse en cosas que nos les conviene porque se han encontrado con los narcotraficantes que tienen sometido a Guerrero, pero son pastores cansados de ver sangre que se derrama todos los días, de ver a familias sometidas por el cobreo de derecho de piso, es algo inconcebible y se va extendiendo cada vez más y está tomando mucha fuerza el crimen organizado en todo el país”.
Por ello, ante el vacío de la buena política, a través de la doctrina social se busca el modo de ayudar al pueblo, por lo que reiteró el llamado a “orar por la verdadera política y para que el pueblo se comprometa y no se deje comprar, porque salen muy caros los subsidios que nos dan”.
Finalmente, al término de su homilía el obispo llevó a cabo el anuncio de la próxima ordenación de ocho diáconos en sacerdotes y seis posteologos como diáconos.