Superar un diagnóstico de cáncer no solo marca el cierre de un proceso médico, sino también el inicio de un nuevo camino personal. Retomar la vida cotidiana, enfrentar cambios físicos y emocionales, y redescubrir el bienestar son parte esencial de la etapa de recuperación, advierten especialistas.
De acuerdo con la psicóloga Erika Martínez, cerca del 20 por ciento de las personas que sobreviven al cáncer experimentan ansiedad o depresión en el primer año, principalmente debido al temor a una recaída. “Es fundamental entender que la recuperación no termina con el alta médica; comienza un proceso emocional complejo, pero también lleno de oportunidades para el crecimiento personal”, indicó.
Aspectos como volver a la rutina laboral, reconstruir relaciones personales, o recuperar hobbies requieren un proceso de adaptación. En este contexto, el acompañamiento psicológico, las redes de apoyo y el autocuidado diario son herramientas clave para el bienestar integral.
El diagnóstico temprano también desempeña un papel decisivo en el pronóstico. Un ejemplo es el cáncer de vejiga, que en México suele diagnosticarse con un retraso de hasta 11 meses desde las primeras señales. Sin embargo, si se detecta en etapa localizada, la probabilidad de supervivencia a cinco años puede alcanzar el 97 por ciento.
Los cambios físicos, como el uso de dispositivos médicos o la alteración en funciones corporales, deben asumirse como parte de una nueva configuración de vida. Además, hábitos saludables como caminar, nadar, practicar yoga, mantener una dieta equilibrada y evitar alcohol y tabaco son fundamentales para fortalecer el cuerpo y la mente.
Cada 23 de junio, con motivo del Día del Sobreviviente de Cáncer, se invita a reflexionar sobre la importancia de acompañar a quienes han vivido esta experiencia, con empatía y sin etiquetas. Como concluye la especialista: “Sobrevivir al cáncer es una oportunidad para reconfigurar la vida de forma más consciente, más plena y propia.”
