A pesar del miedo y el riesgo de enfrentarse a un virus desconocido Laura Angélica Tovar Rodríguez, enfermera del IMSS nunca dejó de atender a sus pacientes.
Pese a que en México la celebración del Día de la Enfermera y Enfermero cambio de fecha, del seis de enero al 12 de mayo, muchas mujeres y hombres que se dedican a esta noble profesión continúan festejando esta fecha.
Tovar Rodríguez es maestra en Administración en los Servicios de Salud y jefa de enfermeras en el Hospital General de Zona con Medicina Familiar No. 7 del IMSS en Cuautla, y lleva 22 años desempeñándose como enfermera, sueño que tuvo desde pequeña y que logró cumplir.
Es originaria de Guanajuato y allá cursó sus estudios, pero después de casarse se vino a Morelos en donde continuó preparándose.
Para ella, su profesión significa una gran responsabilidad “porque nosotros no nos enfrentamos ante un muro o un objeto, trabajamos con el amor, el dolor, con sentimientos, con personas que atraviesan por momentos difíciles, por lo que es una gran responsabilidad para poder ayudarlos”.
Consideró que para atender a un paciente no solo se necesita ofrecer un buen trato, también se deben de mantener actualizados y capacitados, “esta pandemia nos enseñó que debemos actualizarnos en conocimientos, técnicas y procedimientos”.
Con el paso de los años Tovar Rodríguez ha aprendido a que se debe dar amor no solo al paciente, también a los familiares que sufren y, sobre todo aprendió que se deben brindar cuidados específicos porque no todos los pacientes son iguales.
Señaló que para ser enfermera o enfermero se requiere de vocación, voluntad y paciencia. Recordó que la pandemia por COVID-19 puso a prueba a las personas que realmente están contentas con su profesión.
“Lo difícil fue ver morir a los pacientes, pero también a nuestras compañeras y compañeros, este virus no distinguió edad, sexo, religión, posición social, nada, solo se llevaba a las personas”, dijo.
Por: Marcela García / [email protected]