Los hoteleros voltearon los ojos al turismo de descanso para sobrevivir a la crisis generada por la pandemia de COVID-19.
El vicepresidente de Turismo, de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco) Cuernavaca, Donaciano Hernández Vega, dijo que las empresas dejaron de enfocarse en los eventos sociales o de turismo de romance, de hasta 300 personas, obligados por la emergencia sanitaria.
Si bien la pandemia castigó de forma severa el turismo de romance, este mismo fenómeno hizo que los viajeros, sobre todo los de la Ciudad de México y la zona metropolitana también empezaran a buscar opciones de recreación seguras para ellos.
Fue así, indicó, que muchos hoteles, sobre todo pequeños o de los denominados “boutique” orientaron sus esfuerzos a este segmento del turismo, y que esto les haya permitido sobrevivir, en espera del cambio de semáforo.
Hernández Vega subrayó que las empresas formales no solo libran la batalla contra las restricciones que el COVID-19 impuso a la movilidad de las personas, sino también se enfrentan a la competencia desleal que siguen representando las casas de fin de semana en Morelos.
No obstante, consideró que el buen clima de Morelos y su entorno cultural han permitido la coexistencia de ambas modalidades de hospedaje, aunque en un escenario ideal, la formalidad de todos los negocios significaría mejores condiciones de competencia.
El vicepresidente de Turismo de la Canaco consideró que debido a la incertidumbre que hay todavía sobre el control de la pandemia, no es posible hacer proyecciones de recuperación de la ocupación hotelera para la próxima temporada de calor.
